Cerro salamanca


Me gusta andar por el monte
ese de una sola pieza,
hacer noche por el río
y taparme con estrellas.

De mañana campear rastros
por senderos que descubren
pesuñas de cabras ariscas,
cimarronas hasta el cruce.

Hincar diente en los duraznos
guachitos de las orillas
y por voltear camoatices
cuerpearme con las avispas.

Me gusta andar por las sierras
entre piedras corajudas
donde se prenden los soles
y se resbalan las lunas.

Donde recogen los brujos
la luz de su medicina
a fuerza de costurearse
el cuero con las espinas;
donde desflecan los vientos
rasguñados por garabatos
y el barro duerme su siesta
bajo una sombra de matos.

Me gusta andar por el monte
me gusta andar por las sierras
ocasiones soy de barro
ocasiones de piedra.

Cielo abierto nunca visto
tiempo abajo hecho cardón
cuatro abuelos guitarreros
que entierra tu corazón.

Sobre tu siesta el coyuyo
le da su copla a Zupay
que duerme en la Salamanca
soñando en el carnaval.

De noche muelen los grillos
tu sueño en la oscuridad
mineritos del camino
martillando en soledad.

Sobre el cerro Salamanca
el sol de negro emplumó
pichones de águila blanca
y el canto que canto yo.

De mañana cuando el monte
cuenta a todos su soñar
el pasto moja la sombra
del hachero y el zorzal.

De noche cuando en el monte
larga su llanto el llorón
el miedo de algún paisano
le trepa hoooo...

Cuando canta el río Suncho
Tulumba sabe temblar
vaquita que encuentra a mano
seguro no vuelve más.

Sobre el cerro Salamanca
el sol de negro emplumó
pichones de aguila blanca
y el canto que canto yo.


Autor(es): Carlos Di Fulvio