Los ojazos de mi negra


Los ojazos de mi negra
son como soles
que alumbrando mi camino
quitan todos los dolores,
que alumbrando mi camino
quitan todos los dolores.

Como el arroyo
que va corriendo
una miradita tuya
siempre siempre voy pidiendo,
una miradita tuya
siempre siempre voy pidiendo.

Es tu boquita de rosas
nido de muelles,
más roja que flor de ceibo,
más chica que los claveles,
más roja que flor de ceibo,
más chica que los claveles.

Y son tus besos
como agua pura,
que refrescan mi camino
y alimentan mi ternura,
que refrescan mi camino
y alimentan mi ternura.

Al sentirme solo y lejos
y estar sin calma
comprendo que vas metida
hondo adentro de mi alma,
comprendo que vas metida
hondo adentro de mi alma.

A Dios, le pido
mirando al cielo
que me miren tus ojazos
y sean siempre mi consuelo,
que me miren tus ojazos
y sean siempre mi consuelo.


Autor(es): Adolfo Avilés