Le canto a mi guitarra


Quise cantar un día
y sólo mi voz se escuchaba
buscando compañía
me sorprendió la guitarra.

Su madera es melodía
de amor, fineza y dulzura,
brotaban entre mis manos
abrazando su figura.

Hoy canté por mi guitarra
y le escribí una letra,
aprendiendo el duro oficio
de ser un poeta,
lararara, raraira, larararai, rararaira,
una mano te abraza
y otra te besa en las cuerdas.

Como en una alcancía
con su boca en su cadera
guardo mis esperanzas,
mis alegrías, mis penas.

Si estuve trasnochado
por desamores sufriendo,
ella me dio la cara
y se guardó mi secreto.

Hoy canté por mi guitarra
y le escribí una letra,
aprendiendo el duro oficio
de ser un poeta,
lararara, raraira, larararai, rararaira,
una mano te abraza
y otra te besa en las cuerdas.


Autor(es): Damián Paz