El vagabundo
Recorre el universo en su asteroide,
sin órbita ni puerto ni partida.
Tapa la soledad con todo el frío
de su vida.
Un día llegó un pájaro a su isla,
dentro de un pomo que cabía en su mano.
Daba tristeza verlo allí encogido,
cantándole al silencio sin respuesta,
sin sentido.
El vagabundo nunca oyó a su pájaro
y lo veía cantar tras los cristales.
Hasta que un día pudo más su sueño
y lo libró de la escafandra blanca
de animales.
El pájaro flotó hasta congelarse
como las lágrimas del vagabundo.
Entonces metió al pájaro en la jaula
y lo soltó a la suerte con que vino,
sin comprender jamás lo sucedido.
Autor(es): Silvio Rodríguez