Preludio para un canillita


Vendeme un diario con noticas, canillita,
Clarín o Crónica, La Prensa o La Razón.
Si el mundo fue ya no será una porquería,
porque en el mundo vivimos vos y yo.

“Gran Bomba inventan: ¡tan barata y cuánto mata!
(Temblá, temblá... página tres).
“Se paga sola con peaje hacia la muerte,
dan esta fiesta de morir 100 —Sabios— 100.”

¿Serán los mismos que inventaron toda el hambre?
Nosotros, no, ¿no lo sabés?,
somos los sabios del estómago vacío,
lo único nuestro son las ganas de comer.

Con esta lágrima que llora en nuestras tripas,
vamos, pichón, sembrá, sembrá,
cultivaremos una atómica de trigo
y un pan caliente al mundo entero hará temblar.

Si el mundo fue ya no será una porquería,
porque en el mundo vivimos vos y yo.

“Dueños del mundo negociaron el planeta.”
(Página seis, mirá, ¡mirá!)
“Marte nos compra y, desde hoy, la Tierra loca
será, ¡será la factoría universal!"

De nuevo, che, nos han vendido por un guita,
¡me cache en die, pensá, pensá!,
vamos por dólares al muere, ¿te das cuenta?,
¡rifar así nuestra pequeña eternidad!

Les dejaremos la galaxia ensangrentada,
¡guerra civil!, tirá, tirá,
que echen bazookas por los ojos nuestros muertos,
pongan trincheras en las cunas, ¡libertad!

Gritá un pregón de rebeldía, canillita,
para luchar alcanza y sobra con ser dos;
si el mundo fue ya no será una porquería,
porque en el mundo vivimos vos y yo.

“Se prohibirá el romanticismo y el asombro.”
(¡ja, ja, ja, ja!, página tres).
“Han descubierto que son cosas muy antiguas
ya superadas por la Técnica de hoy.”

Vamos a hacerles un motín de alucinados,
nosotros, sí, ¡dale que va!,
¡Viva la quinta dimensión de los poetas!,
ya el perro alumbra y nuestra luna ladrará.

Arriba, hermanos del retorno de los brujos,
revolución, ¡revolución!,
Sabato, Bradbury, Quijote y San Francisco,
apunten ¡fuego! a los ladrones del amor.

Si el mundo fue ya no será una porquería,
porque en el mundo vivimos vos y yo.

Página siete: “Hay asamblea de suicidas.”
“Roban a Dios”, página diez.
Pero, decí, ¿quién da este informe sobre odio?,
tomá, guardá, ¡guardá tu diario! ¿Para qué?

¿En dónde miércoles anuncian la esperanza?,
¿en dónde está?, ¿quién dice, quién?,
la prepotente soledad de nuestros sueños,
la calentura de vivir, quién dice, ¡a ver!,

que hay una hembra y un varón haciendo un niño,
ah, juventud, ya nacerá,
y el niño aprieta entre las líneas de la mano
la línea pura y misteriosa de la paz.

Vamos andando, vamos, ¡vamos, canillita!,
para pensar, alcanza y sobra con ser dos,
si el mundo fue ya no será una porquería,
porque en el mundo vivimos vos y yo.


Autor(es): Horacio Ferrer, Astor Piazzolla