Acacias


Las viejas acacias
me vieron temblando
decirle llorando
con hondo pesar...
¡No sabes la pena
que siento, alma mía,
pensando que un día
me puedes faltar!
Un beso en mis labios
ahogó mi lamento,
y fue un juramento
su beso hecho miel;
mas vino el invierno
trayendo tristezas
y aquellas promesas
se fueron con él...

(Recitado)
Volverá la primavera con su corte de flores
a alegrar los jardines de mi humilde solar
y en las viejas acacias los jilgueros cantores
embriagados de cielo se pondrán a cantar...

(Cantado)
Pero aquel jilguerillo tan amante y travieso
que en mi seno entonaba sus canciones de amor,
ese a quien yo le diera toda mi alma en un beso
hoy, tal vez, lo acaricien otras manos mejor...

Quisiera en mi angustia
poder olvidarlo,
de mi alma arrancarlo
por siempre jamás...
Y hay veces que dudo
pensando en mi dueño,
si todo fue un sueño,
un sueño, nomás.
¡Amores de un día!
¡Pasión de un momento!
Hojitas que el viento
con saña barrió.
Así mi cariño
pasó por su vida
cual hoja barrida
que el viento llevó.


Autor(es): Enrique Gaudino, Alberto Gambino