Chamamé del verde


Que nadie intente atrapar al viento,
enlazar el cielo apagar el sol,
que nadie logre secar el río,
viciar el aire, no quiera no.

Que nadie intente por la fortuna
vender paisajes vida y verdor,
que por lograrlo queden desiertos
sembrando miedo y desolación.

Nadie intente robar
el verde amarillo y ocre
el rubor de la flor
todos los tonos del bosque.
Sin nido dejaría al crespín al tucán
a la tacuarita al biguá al cardenal
y sin rama al titi, y al feliz carayá.
Brotaría el dolor si la lluvia en su horror
marchitase a ibirá ¡Ay angá!
y una triste canción malherida
en la sal.

Ya no podemos dejar chamizo
que se nos robe tanto esplendor
talen los sueños las ilusiones
angá que pena frutos de amor.
Ya no podemos dejar que el río
no vuelva a ser el hogar del pez,
desde el silencio partamos juntos
para clamar una y otra vez.


Autor(es): Roberto Selles, Graciela Pesce