Sueño marchito


Pobre sueño que fuera marchito
por la mano fatal del sufrir,
la injusticia sumió su vivir
en el templo maldito de un llanto sin fin.
El destino que cuida sus flores
no las quiso dejar florecer,
y en su pecho de noble mujer
tus sublimes amores, murieron de fe.

Tus ojos que eran fuentes de ventura
me dicen que se cansan de llorar,
y siente que la vida le tortura,
pues es mucha la amargura
que ellos deben soportar.
Tu boca, que elevara más de un ruego
durmióse para siempre en el dolor,
y nunca de otros labios bajo el fuego
sentirá los embelesos, de la boca del traidor.

De tu almita, el calor se ha marchitado,
para ti, toda risa cesó,
todo el trono que hiciste cayó
por aquel despiadado que tanto mintió.
No te queda en el mundo, siquiera
la ilusión de que pueda volver,
el que sufre tan crudo revés
con deseos, espera morir de una vez.


Autor(es): Antonio Polito