Olvidala hermano


Escuchame hermano, a vos me dirijo,
sabés que respeto lo que vos sentís,
pero yo no puedo quedarme callado,
ni hacerme el otario, ni pasar por gil.

Te vi la otra noche con esa fulana
repleta de alhajas, pieles y carmín,
tomada a tu brazo como una gran dama
y vos muy alegre luciéndote así.

Después en la esquina algo le gritaron
y como sos hombre jugaste tu honor
y sin darte tiempo a sacar tu daga,
un maula rastrero te clavó y huyó.

Hiciste lo justo, te hubiera imitado,
no importa la herida que aquel te causó,
pero ella no vale que te hayas jugado,
no por su pasado, sino por su hoy.

Olvidala hermano, es sólo una de esas,
cuando la ambulancia a vos te llevó,
pa’ no quedar sola, ni llorar su pena,
fue tras el rastrero y se le acopló.


Autor(es): Carlos Lagos, Mario De Carlo