Años de arena


Hay un tiempo en que a las cosas
las grabamos en la piedra
como eternas esculturas
cinceladas en dolor.
Fabricados en temores,
laberintos y distancias
imposibles de cruzar.

Mas los años son el viento
que al más profundo cimiento
socavan con impiedad.

Van cayendo los disfraces
desnudando al fin la vida,
la piedra es arena fina
y el dolor, felicidad.

Años de arena
que la vida nos regala
como premio a tanta gana
de seguir tras de la huella.
Días de arena.
Con la frente que se ensancha
contemplando la distancia
a cielo abierto y sereno.
Años felices.
Como gigantes de barro
Los viejos moldes pasados
rodaron ya por el suelo.
Y si el viento y su insistencia
de nuevo prueban mi fuerza
buscando abrir una pena,
no le opongo resistencia.
Al fin y al cabo es arena
que el tiempo se ha de llevar.

Yo también miré la vida
como la mosca en el vidrio,
escondiendo mis errores
por vergüenza o vanidad.
Con mi estupidez a cuestas,
sin esperanzas ni quejas
solo me quedó rezar.

Y aquél que menos pensaba
se acercó a abrir la ventana
para dejarme volar.

Vi que no hay blanco ni negro.
En un mundo de matices,
hay que ver solo los grises
para entender la verdad.


Autor(es): Ramiro Gallo