Montevideana triste


Una vez más...
se va mi muñequita
hacia el final.
Vestida de nostalgia y de metal,
se va encendida sin después
cuidándose las ganas de volar.

De tanto andar...
se va y no puede irse
sin llorar.
Se nubla en cada paso y al rimar
mi muerte, el horizonte y el adiós
se ve que hay que ayudarla a caminar
y a no volver.

Que la guíe el desamor hacia la noche,
si quiere irse que se vaya sabiamente.
Que fermente en cada paso un llanto limpio,
si al fin llorar es conocer que hay un camino.

Recuerdos, déjenla que siga,
se va tan niña y confundida... quiere irse...
No le recuerden que la quiero, por favor,
si se lastima al irse al sur de lo que amé,
ayúdenla a volverse ausencia
que yo, muriéndome de pie,
la espero aquí.

Allá se va...
tan linda y tan gorriona
se me va,
y lleva mis delirios en su andar.
se lleva el día entre su piel
cuidándole las ganas de volar.

A qué lugar
se va con tantas ganas
de llorar...
Se lleva mi alegrón de despertar
colgado en un ojal del pantalón.
La miro con su paso de puñal...
y ya se fue.


Autor(es): José Arenas, Marcelo Saraceni