Barrio Chino


Flor maleva del suburbio de la gran ciudad condal
enfermiza, sin aroma, sin belleza y sin color,
es el triste “Barrio Chino”, donde acuden por su mal
los vencidos de la vida y los náufragos de amor.
En sus lúgubres callejas me he sentido estremecer
de una pena tan profunda, que me hiere el corazón,
Cuando un rostro demacrado, ¡pobre sombra de mujer!
me ofrecía las caricias de un amor sin ilusión.

¡Barrio Chino!...
Tenebroso, pintoresco
inconsciente y desleal.
¡Barrio Chino!...
Que sembrás a todas horas
la maldita flor del mal.
De la noche,
bajo el manto, tu misterio
yo quisiera descubrir.
Y en las notas de mi tango,
levantarte de entre el fango
y poderte redimir.

Barrio Chino sin ventura, conocí en ti una virtud
que prendida entre tus mallas, se moría de pesar,
una noche, de esas noches que uno gasta su salud
entre locos devaneos, la encontré yendo al azar.
Era joven y era linda y con tanto afán me habló
de sus ansias y deseo de una vida de honradez,
que intenté regenerarla... mas apareció un “macró”
y a traición, con su navaja, la tendió junto a mis pies.


Autor(es): Rosendo Llurba, Roberto Jara