Buena suerte


No me hables, andate, y nada más.
Para qué, mentiras escuchar.
Sólo me has querido
mientras tuve plata
y hoy que me has fundido
pronto me dejás.
No llores
andate y nada más.

Buena suerte, te deseo yo no sé guardar rencor,
sólo siento que fue falso tu cariño de mujer
pues si hubiera sido cierto,
al llegar esta ocasión,
me querrías más que nunca porque pobre me quedé.
Buena suerte te deseo, en la senda que seguís,
me han curtido los dolores, qué me importa de uno más.
Ojalá que Dios te ayude, que llegues a ser feliz,
pero no intentes buscarme, ¡pues ya nunca me hallarás!...

Es verdad, rendido te adoré,
y jamás tu traición pensé;
de este nido amante,
que los dos formamos,
en tu vida errante,
vos te acordarás…
No llores, andate,
y nada más.


Autor(es): Jesús Fernández Blanco, Elifio Jaime