Un adiós no es tan fatal


Es buen punto de partida
poner fin a lo perdido.
Duelo lento y sin sentido
que sostuvo la ilusión.

Cuanta angustia, cuanta garra
por salvar lo insalvable
te bardió con pena el alma
defraudando hasta tu fe.

Hoy renaces en poesía
con los ángeles del juego
y los duendes de la infancia
suspirando en tu mirar.

Los arcanos te celebran
¡Esa caprichosa oruga,
mariposa fue al volar!.

Se doblegan y sin tregua
pierden rumbo hasta los huesos.
La hojarasca del recuerdo,
magulló su corazón.

Refugiada entre sus musas.
Para no quebrarse en vuelo
Celia entrega sus ausencias
para no morir de amor.

Hoy renaces en poesía
con los ángeles del juego
y los duendes de la infancia
suspirando en tu mirar.

En su andén un tren se aleja…
y la vida le demuestra
que otro adiós, no es tan fatal.


Autor(es): Lilian Papasso