Tu cuarto de hora


Me fui olvidando
poco a poco de lo poco que me diste.
Tu condena es la de todos, la del tango,
la de tan solo querer lo que perdiste.
Al conocerte
me engrupiste con tu estilo y tu arrogancia.
Hoy solo veo un monumento a la vagancia
en tu imagen de supuesto intelectual.

Yo no sé por qué razón
llegué a morir por tus besos.
Y ahora, irónico destino,
que me cambio de vereda
si te cruzo en mi camino.
Me quedé sin ilusión,
sin esperanza y sin vento,
por bancarte los caprichos,
por no ver que eras mal bicho
y entregarte el corazón.

Y ahora que estás
de mala racha recordás nuestro romance…
Ya pasó tu cuarto de hora, ya no hay chance,
porque el tiempo que se fue,
no vuelve más.


Autor(es): Verónica Bellini