Chinita


Una chinita macuca
de amor me tiene cegado
y estoy tan enamorado
que ya no sé lo que hacer.
Es tanta mi “disciplina”
que soy un pobre soldado,
que se la “pasa apostado”
custodiando su querer.

Hace un año que hago guardia
a su amor, que es mi ideal,
y en el campo ’e su cariño
soy “recluta” nada más.
En la “lucha”, “siempre firme”,
noche y día me he de estar
para ver si “rindo” “el fuerte”
de su cariño irreal.

Si tuviera “jerarquía”
de “teniente” o “capitán”,
a “cañonazos” rendía
su indiferencia tenaz.
Pero soy sólo un “conscripto",
un pobre “recluta” más,
a quien ella grita: ¡Alerta!
y él contesta: ¡Alerta está!

¡Pobre “conscripto” el que viva
de una china enamorado!
Jamás se verá obsequiado
por la dueña’e su querer;
le faltaran cigarrillos,
estará siempre “arrestado”,
“meta lampazo y fregado”
por cinco pesos al mes.


Autor(es): Enrique Carrera Sotelo, Eleuterio Iribarren