Un capricho


Te di soga, tanta soga que al final te la pillaste
y copando la parada me quisiste basurear
pero fuiste tan otaria que al hacerlo no junaste
que me sobra mucha cancha para que me puedas cachar.
Hace rato que te vengo relojeando los aprontes
y por si algo te interesa te lo puedo asegurar
que yo nunca fui muñeco ni tarasca de remate
así que es mejor que sepas que por hoy te vas armar.

¡Zorra!
Me quisiste enamorar
para jugar con mi querer nunca
mi pasión se ha de saciar
tu capricho de mujer
te falló esta vez el lance,
ya ves si me sobra chance
para dopar y responder.
Supe
desde entrada tu intención
y ahí nomás me sofrené.
Ahura
ya que has hecho el papelón,
paro el carro y te diré,
que desde hoy en adelante
vas a ser vos quien aguante
las biabas que te daré.

Vos querías un muñeco modelado a tus antojos,
un juguete que sirviera para hacerte divertir
y mostrarlo a tus amigas a tus pies hecho un despojo,
lo quisiste hacer conmigo... me quisiste hacer sufrir.
Pero ahora al confesarte que juné tus intenciones
ya podés hincar el lomo ¡porque ahora mando yo!
No mires con esa cara, sosegá las emociones,
¡no hay que hacerle, de esta tu capricho te faltó!


Autor(es): Luis Rubistein, Ernesto Bianchi