Patroncita


Se acabaron las garufas para mí;
les he dado a las milongas el adiós
y a las carreras y al copetín
¡chau! les he dicho también por vos.
De la timba donde ayer me estremecí,
cuando buena o mala racha dio el azar,
también anoche me despedí...
Me despedí para amar.

La dicha está en mi mano... De todo me compensa
tu voz que me acaricia con suavidad de armiño.
Y en tu regazo tibio retorno a ser niño.
Y el cielo de tus ojos me brinda la paz.
Mi buena Patroncita, la dueña de mi vida,
hoy soy un hombre nuevo por gracia de tu encanto:
son tuyos mi cariño, mi verso y mi canto;
ayer te quise en sueños... ¡Hoy te quiero más!

Me arrancaste de las garras del placer
donde estaba por perder mi corazón.
Y tu palabra mostró a mi ser
que era mentira tanta emoción.
Virgencita de mi santa devoción,
Patroncita de mi vida y mi querer;
como una alfombra, mi adoración,
tiendo a tus plantas, mujer.


Autor(es): Armando Tagini, Humberto Canaro