La Sitiera


Sitiera mía dime que has hecho de nuestro dulce hogar
cuna que un día fue de la alegría de aquel sitial.
Lágrimas vierte la sitiería que tiende a desolar
y es por no verte reina que un día fuiste de aquel lugar.

Ya el jilguero se alejó de aquel frondoso algarrobo
y hasta la mata de jobo nos da muestras de dolor.
Pues la sitiera se ha marchado y yo enamorado lloro por su amor
y es para la sitiería cual si fuera un día que le falta el sol.

Ven sitiera por favor,
ven de nuevo a mi retiro
y gozaremos de amor
al son del tiple y el güiro.


La palma real crece ufana
a orillas del tamují
región donde yo nací
en mi campiña cubana.


Autor(es): Rafael López