No importa si Dios mira


La vida es un minuto;
el tiempo es un suspiro...
Tus brazos en la noche
se tornan infinitos.
Y pueden ser mis besos
la eternidad de un lirio;
Y puede ser tu cuerpo
la puerta de un hechizo...

Y puede ser tu cuerpo
la puerta de un hechizo...

Ahora,
que la sombra nos cubre,
que el sol se ha detenido.
Ahora,
no importa si Dios mira,
si mañana es olvido.
Ahora, lo que importa
es tenerte conmigo;
es llevarte en la sangre
como se lleva un niño.

Saber que todo pasa
menos tu amor y el mío.

La vida es un minuto;
el tiempo es un suspiro
y cruza la distancia
tu voz en un gemido.
Y suena como el viento
que corre entre los pinos
mi amor que dice cosas
en un mundo dormido.
Mi amor que dice cosas
en un mundo dormido…


Autor(es): Roberto Díaz, Saúl Cosentino