Quejas del alma


¡Madre!
Yo te dejé por ella,
sin una queja
me dejaste partir.
Todo fue desencanto,
todo fue triste y vano
y hallé en sus brazos falsos
los leños de mi cruz.
¡Madre!
Acógeme en tu pecho.
Arrepentido
busco en tu corazón,
en esta noche oscura
de un alma atormentada
un poco de ternura
que ahogue mi dolor.

Aquello fue un instante de ciega locura.
A su lado vi, en rosas, florecer mi pasión
y soñé entre sus besos un mundo de ternuras
en las tardes felices incendiadas de sol.
Hoy al hogar lo encuentro pleno de poesía,
hasta tu voz, viejita, me parece otra voz.
Pon tus manos piadosas en mi frente sombría
y cuéntame una historia de esperanza y amor.

Y ella
me dijo suspirando
toda ternura
y toda corazón.
Con su voz baja y dulce
Acércate hijo mío
y como en aquel tiempo
buen tiempo que pasó,
cuando
en las noches de frío,
en mi regazo
al calor del hogar,
te contaba la historia
del príncipe con alas
que robó a la princesa
y voló sobre el mar....


Autor(es): Juan Mazaroni, Domingo Julio Vivas