Muchachos, a mí no me cambia nadie


Pesebre de tango y luna,
bajo tu cielo nací
y fue mi canción de cuna
fueye, grillo y tamboril.

Tuve muñecas de trapo,
también hambre y mucho sol.
Y canté junto a los sapos
en las noches sin amor.

A veces tuve ternura
y otras, muchas, soledad.
Y la más grande fortuna:
de mi vieja, en delantal...

No me retuerce el pasado,
ni me cierro al porvenir.
Lo malo ya lo he olvidado
y lo bueno vive en mí.

A mí no me cambia nadie,
siempre estoy donde nací.
Mi cuna fue Buenos Aires
y en mi cuna he de morir.

Milonga, calonga y tunga,
soy porteña de raíz.


Autor(es): Norberto Aroldi, Tito Ribero