Noches correntinas


En una tarde triste, de muerta primavera
Corrientes en mi ensueño te vi, por vez primera,
y fueron dos ojazos con su mirar de fuego
que a su mágico influjo me hicieron suspirar.
Y su mirada pura, de suave terciopelo,
embelleció la noche brillando cual lucero;
perfumando la brisa y al cielo como un ruego
del fondo de mi alma entono este cantar.

¡Noches correntinas,
gime el canto de un porteño
y el suspiro que entre sueños
va evocando en su canción!
¡Noches correntinas,
de recuerdos cariñosos
por dos ojos muy hermosos
suspiró mi corazón!

Fueron sus ojos brujos que al embargar mi vida
la ataron para siempre en ansias contenidas.
Y al despedirme de ellos, mi linda correntina,
como si fuera un niño, me puse a sollozar.
¡Oh, bella correntina! ¿Qué has hecho de mi alma?
¿Qué has hecho de mi vida que ya no tengo calma?
¡Quisiste darme abrigo, pero cual golondrina,
no pude detenerme para poderte amar!


Autor(es): Juan Giliberti