Los harapos de mis sueños


Estrellas de mis ilusiones:
noches idas...
Auroras de mis ambiciones:
viejos días...
Unieron nuestros corazones,
noches, días...
Y hoy tu mirada se desvía
y es tu palabra dura y fría
y valgo apenas una impía
risa de compasión...

Hoy tus manos sólo muestran,
con un gesto de desdén,
los harapos de mis sueños
y las ruinas de mi bien;
y en el fondo de la escena
de tu alarde triunfador
un desfile de fantasmas
son las sombras de mi amor.
Yo te acuso de ese crimen
que en los códigos no está,
de esa herida que no sangra,
de esa muerte sin matar.
Yo te acuso en esta estrofa,
la más pobre y la peor,
que del lujo de mis versos
solamente me quedó...

Te acuso de avivar un falso fuego ciego;
de haber hecho vagar descalzos tantos sueños...
Del beso y del ceñido abrazo breve, fatuo;
de esa comedia trasnochada donde aparece festejada
tu burla cruel y refinada sobre mi corazón....


Autor(es): Francisco García Jiménez, Mario Canaro