Tedio


Bajo el tedio que borda la lluvia
con sus rotas agujas de esplín,
te adivino, romántica y rubia
sobre el viejo dolor de> jardín...
¿Qué será lo que borre tu asedio?
¿Quién será que me aleje de ti?
Si las grises alondras del tedio final,
sin remedio te acercan a mí.

¡Tedio!...
Largas horas de la vida
que recuerdan tu partida...
¡Tedio!...
Sin remedio ni esperanza
que hace gris la tarde mansa...
¡Tedio!...
Con un canto de cigarras
en la voz del bandoneón,
cuando lloran las guitarras
y se quejan las amarras
que dejó tu corazón.

Allí está como un verso de otoño
tu amarilla hojarasca de abril.
Con la verde ilusión del retoño,
como un grito, de sueño febril...
Y en el llanto fatal de los tangos;
son tus pasos que quieren volver
por un turbio camino de fango fatal,
donde el tiempo ha empezado a llover.


Autor(es): Miguel Bucino