Cualquier cosa


Cualquier cosa resultaste
para que un hombre derecho
tu maldad tomara a pecho
entregándose al "splin".
Con tu acción me comprobaste
lo que de ti suponía
que tu amor me sonreía
para lograr otro fin.

Loca mía,
alma cruel y atravesada
por tu artera puñalada
toda mi dicha perdí.
Quién diría
que tu pensamiento terco
te volviera flor de cerco
y no encanto para mí.

Tus divinos ojos verdes
mezcla de mar y de cielo
han dejado un desconsuelo
que amargo mi corazón.
Quiera Dios que no te acuerdes
de volver ya que te fuiste
porque el daño que me hiciste
no merece mi perdón.


Autor(es): Herminia Velich