Alhucema


Negra macumba que zumba el tambor.
¡Ha muerto un moreno y ha muerto un amor!
Triste retumba, retumba el tambor:
¡Ha muerto un hermano de nuestro color!
Y cruzan la noche los negros y el coche
que encierra un reproche de sangre y pasión.
Y canta un cortejo de labios bermejos
poniendo reflejos de antorcha en la voz.

Alhucema,
se llamaba la morena,
que a la muerte lo arrastró.
Negra loca,
fue la sangre de su boca
que a los negros embriagó...
Doble pena,
uno vive en sus cadenas
y otro ha muerto por su amor.

Negra macumba que oscura canción,
tu sombra derrumba la sombra de Dios.
Lumbra, relumbran los negros que van
rezando, llorando al son del cantar.
Se aleja el entierro con cantos de negros
y llanto de perros que intuyen dolor,
la hoguera del canto se ha ido apagando
con llanto llorando.
Y el fúnebre carro se hunde en un barro
de sombras, rodando.


Autor(es): Horacio Sanguinetti, Francisco Pracánico