Oiga compadre


Oiga, compadre, ese tango,
¡cacho de risa y de queja!
Óigalo, está recordando
aquello que hoy pa' siempre ya nos deja...
En el Casino lo bailé por vez primera.
¿Se acuerda, viejo, qué mujer mi compañera?
A sus compases, le hablé con confianza;
a su cadencia, me dio una esperanza...

¡Toda la noche,
calzao a mi paso,
sumiso a mi brazo
su cuerpo vibró!
Y al fin del baile,
prendidos seguimos,
prendidos salimos
p'al mismo rincón.

¡Milongas bravas aquellas
del centro y los arrabales,
donde dejamos las huellas!
Adónde están, carnavales,
que alegremente con ella
del corso y teatro pasé?
Del lindo tiempo florido
de juventú y de verbena,
com'un recuerdo perdido
el eco resuena
del tango de ayer
Pare, compadre, la oreja,
y oiga el romántico y triste
himno de la guardia vieja
que al empujón del tiempo le resiste...
En el bailongo de una noche la vi amarme
y en el bailongo de la vida despreciarme...
Con ese tango me dijo: ¡Te quiero!
Con otro tango cambió, compañero...

Fama de trompo
lucí y pisé fuerte;
y el triunfo y la suerte
me ataron piolín.
Hasta que un día
barrió mi leyenda
y arreó con mi prenda
mejor bailarín...


Autor(es): Francisco García Jiménez, Agustín Bardi