Algún día volverás


La frase más triste
brotó de tus labios,
recuerdo esa noche
temblaba tu voz.
¡Me voy para siempre,
todo ha terminado!
Dijiste llorando:
No guardes rencor.
Yo quise gritarte
con todas mis fuerzas,
¡no te vayas mi alma,
no te vayas, no!
pero fue muy tarde,
ya estabas resuelta
y desde la puerta,
me dijiste adiós.

Dónde andarás alma mía,
así no puedo vivir,
sin comprender todavía
cómo pudiste partir.
Si Dios ayuda al que ama
él no me podrá dejar
sin comprender
que te vuelva a ver,
aunque sea una vez más.


Autor(es): Raúl Hormaza, Luciano Leocata