Carta brava
que el destino te ha fajado sin tenerte compasión.
¡La perdiz es desgraciada si se mata en el alambre!
¡Porque la pobre volando pierde tino y dirección!
Pero vos que fuiste un lince pa' tallar entre polleras,
que viviste del rebusque en las timbas de bulín,
te tirás al abandono como una Aurora cualquiera
y abandonás la pelea tirando la esponja al ring.
Bien sabés que no se gana el monte de la existencia
echándose boca arriba y poniéndose a llorar,
si no tenés pa' un apunte, copála de prepotencia
y llevá toda la contra, que si no, ¡te vas a armar!
Vos sabés que soy un reo que puedo darte consejos
pues la vida me ha enseñado lo que es bien y lo que es mal.
Yo que vos, me volvería nuevamente con los viejos
a la modesta casita del barrio sentimental.
Y besándola a la vieja le diría suplicante
aquí estoy, vengo buscando paz, amor y redención,
cansado de aguantar golpes como baúl de emigrante,
más jugado que baraja de mistongo bodegón.
Y pondría sol de amores en sus días sin belleza,
sería un rayo de luna en sus noches de dolor,
armoniosa serenata en su balcón de tristeza
y en su jaulita de alambre sería un misto cantor...
Autor(es): Celedonio Flores, Rosita Quiroga