El vicuñero


Camino del Altiplano
junto a un mogote altanero,
envuelve el viento cumbrano
la estampa del vicuñero.
A la zaga de un burrito
que se afirma en las pezuñas
marcha silbando bajito
con sus cueros de vicuñas.

Calzado con sus ojotas
que lucen largas hilachas,
va desparramando azotes
a Chinchillas y Vizcachas.
Aquella recia figura
que ni un momento se estanca,
va marchando en derechura
a la Cordillera Blanca.

Al buen vicuñero
cazando vicuñas,
le dan la fortuna
los ojos del cerro.

Él, va cubierto con ropa
de barragán y picote
y va masticando coca
para aguantar en el trote.
Pegado a su carabina
en compañía de sus perros,
desafiando la ventisca
sigue surcando los cerros.

Allá en un talar muy grande
está su amor que lo espera
hilando constantemente
en su ranchito de piedra;
y por saberse muy dueño
de la india tejedora,
avanza alegre el puneño
hasta llegar a las Tolas.

Al buen vicuñero
cazando vicuñas,
le dan la fortuna
los ojos del cerro.


Autor(es): Francisco Brancatti, Vicente Spina