La llave
Al despertar sentí, sentí el sudor dentro de su cama.
Y así pasaron las horas y después no supo qué hacer,
no lo supo ver a tiempo.
Ahora no son horas, yo tengo la llave.
¡Ayayay, señora! Pregúntele a su madre
que la han visto llorando.
Se apagaron las calles, las calles de mi barrio
que te vieron paseando cogida de otra mano.
Y ahora no tengo más tiempo.
Mil y una tormentas pasaron e hicimos la Habana,
como un pirata tuerto que a su ritmo navegará.
Serle fiel al viento, pensar por un momento
que yo tengo la llave.
Ahora no son horas…