Nos siguen


Nos siguen ojos viciosos
para controlar quién somos,
como si fueramos pocas
las que andamos con ganas de todo.

Se alerta del aire que remueve el desencaje
nos les queda más que improvisar bolsillos falsos.
En este teatro empezamos a atar los cabos
somos marionetas vivas que van cortando lazos.

Lazos que nos mantienen a un lado
que asumen apoderados que nos prefieren atados.
Lazos de rutinas y pagos, de quieros y peros
lazos que nos mantienen.

Y así nos tienen enlazados a su muerte,
y así nos tienen enlazados a su muerte
Y el desenlace es desenlazar la muerte,
y el desenlace es el lazo roto y suelto.

Nos siguen ojos lujosos
temerosos de los locos que pretenden vivir con poco,
en la abundancia de atender lo que es de todos
destruyendo últimos años gloriosos.

Se alertan de la lluvia que trae nueva frescura,
no les queda más que improvisar leyes absurdas.
Cuando uno se advierte de la gravedad latente
le debe a su vida desobedecer al miedo.

Miedo que estanca el pensamiento
remedio de ir cumpliendo lo establecido y recto.
Miedo a desenlazar lo impuesto
obedeciendo hasta el lamento el último firmamento.

Y así nos tienen, enlazados a su muerte,
y el desenlace es desenlazar la muerte,
y el desenlace es ver su muerte habiendo aprendido la vida,
el desenlace es ver su muerte habiendo aprendido la vida,
habiendo aprendido la vida, habiendo aprendido la vida...


Autor(es): Sílvia Tomàs