Bailarina de Tropicana [o La bailarina de Tropicana]


Mi modus operandi
era la bestia humana.
Yo tenía una novia
que bailaba en Tropicana.

De Yemayá furtiva,
de Ochún muy casquivana,
de rumbera maldita,
de Salomé cubana.

Entre pupila y corazón esa muchacha
era pa mí, tarjetón de medicina
y cada noche era el amor con el disfraz
en nuestro lecho de confeti y serpentina.
Y cuando la gente sale al trabajo
a esa hora cerraba oficina.

Y yo que la he querido
tanto, tanto, tanto,
tanto como el uno,
tanto como el dos
y mientras tanto,
mantenme al tanto.

Llegábamos al limbo
sin ritos y sin asanas
cuando en su día franco
reventábamos la Habana.

Turistas clandestinos,
melómanos de barra
con aquellos grupitos
de los que hay en cada cuadra.

Y entre pupila y corazón esa muchacha
era pa mí, mi diapasón de plastilina
y cada noche era el amor en el sofá,
en el balcón, sólo con néctar y ambrosía.
Y eso duró lo que duran las rachas
en lo que el cuerpo acumula toxinas.

Santiago Alfonso le dio pirey.

Una cubana canta y bailaba
con el ballet de Tropicana.
Como veía que no se movía
fueron a buscar otra cubana.

Y yo con mi voz profunda
gritando como un demente:
¡auxilio! ¡auxilio!
y así sucesivamente.

Vamos a repetir el coro
para que lo cante la gente:
¡auxilio! ¡auxilio!
y así sucesivamente.

Pero yo quiero luces inteligentes,
y así sucesivamente,
yo quiero ser un televidente,
y así sucesivamente,
pero Renté quitándome la corriente,
y así sucesivamente,
pero la bailarina es concupiscente,
y así sucesivamente.

Y yo con mi voz profunda
gritando como un demente:
¡auxilio! ¡auxilio!
y así sucesivamente.

Arrivederci Roma, see you later alligator, in a white coco drive...
High Tech, Universidad para Todos, atiendan todos.

Estudia teoría
hasta la madrugada
con la luz larga de una
bailarina jubilada.

Y mi vida transcurre
en lo que ella prepara
sus clases magistrales
de casinos para Italia.

Y entre pupila y corazón esa muchacha
era pa mí una ragazza, una bambina
y cada noche era el amor como Nerón,
como Calígula, en clave grecolatina.
Y me dejó como dejan las musas
a su entenado en la ruleta rusa.
(Estudiando inmigración)

Cuba, Cuba,
Estudio, trabajo, fusil.
Lápiz, cartilla, manual.
Alfabetizar, alfabetizar.
Venceremos.
Somos la brigada Conrado Benítez,
somos la vanguardia de la revolución.

Y yo con mi voz profunda
gritando como un demente:
¡auxilio! ¡auxilio!
y así sucesivamente.

Pero que dice mi coro,
cántenme los buena gente:
¡auxilio! ¡auxilio!
y así sucesivamente.

Pero yo quiero luces inteligentes,
y así sucesivamente,
yo quiero ser fiel televidente,
y así sucesivamente,
pero Guiteras quitándome la corriente,
y así sucesivamente,
pero Felton quitándome la corriente,
y así sucesivamente.


Autor(es): Frank Delgado