Tras la ventana
Las rejas cuartean las nubes,
os tornan grises.
De acerado cemento es
la vida en el patio.
El horizonte es un muro,
-no hacen falta palabras-.
Mil manos se aprietan
a las rejas de las ventanas.
Como células,
como bloques de cemento,
expectantes,
sin saber porqué.
Sí,
da y todo por qué.
La cámara vigila,
tiene mil caras
y una te mira,
otra me mira,
una me mira,
mal.
Mil manos se aprietan
a las rejas de las ventanas
y miran acabar su vida,
se acaba enjaulada.
Extermino tras la ventana,
exterminio sin prisas ni lágrimas,
ni prisas ni lágrimas.
Ni prisas,
ni lágrimas.