
Aunque el momento requiera poesía
Cuando la sal de la tierra y los huesos se funden en huecos,
no falta nunca un poeta que cante a los muertos.
Cuando el pedal de la historia y los ríos destruyen lo viejo
no falta nunca un poeta que cante a lo nuevo.
Cuando la muerte y la sangre y la historia y el mundo se viven;
cuando los montes retumban con fuego y el cielo diluvia;
cuando el que caza noticias sentado se pierde de miedo:
surge el poeta del trueno escribiendo con besos.
Con las manos callosas destruyen la hierba de tantos,
no falta nunca un poeta que cante a los campos.
Cuando, en la noche, guardianes del cielo perdido suspiran,
no falta nunca un poeta que cante a la vida.
Writer/s: Vicente Feliú