
Dos preguntas de un día
Roberto, mi amigo,
murió en la Florida.
Su querida hija
y creo que su hermana
lo velan y preguntan
cómo es que Manolo
que estaba en Valencia:
las autoridades no lo dejan entrar.
¿Ha valido la pena?
—pregunto— no sé...
¿Ha valido la pena?
—respondo— no sé...
Mi hermano Jacinto
que vive en La Habana
no sabe si su hija
que tuvo una nieta
que aún no ha conocido
sabrá que su madre
murió de repente:
las autoridades no lo dejan salir.
Writer/s: Pablo Milanés