El sacha chango
Desde el norte yo he llegado aquí,
por montes y esteros,
mi ranchito se ha quedado allá,
junto a los potreros,
ahí he pasado mi niñez,
por eso tanto yo lo quiero.
La escuelita me llamaba
con su alegre tan, tan, tan,
contento yo galopaba
en mi burrito holgazán.
Desde lejos, cual flor de cardón,
yo la divisaba.
A mi linda maestrita,
la que tanto me ha enseñado,
en esos montes, perdida,
su juventud se ha acabado.
Todo eso yo me acuerdo,
por eso, hoy, le quiero cantar.
Tengo ganas de volver allá,
mas me causa pena,
ver la casita tapera, allá,
yuyo y penca llena.
Mi tata y mi mama fueron al cielo
en noche serena.
Ahora ya tengo a mi china
nacida en pozo cavado,
dulce, tierna y alhajita
que me tiene enamorado.
Cada vez que me voy para ahí
llego a la cañada.
Los changos aquí me esperan,
se arma la guitarreada.
En Doña Cleme se junta
vino, copla y madrugada.
A mí no me falta nada
cantando mis santiagueñadas.
