Canción a las seis de la mañana
No duermas, hermano...
En estas horas
de madrugada
despierta y vela
como yo hago.
Que durmiendo no logras
andar ni un paso,
y no andar, es perder
un poco lo ya andado.
Despierta la cabeza.
Ten los sentidos claros.
Agúzate el oído.
Escucha entre lo blando.
Por la calle camina
el obrero al trabajo.
Escucha como marcha
callado y cabizbajo.
Escucha ese borracho
que va cantando.
No te creas sus risas,
que está llorando.
Oye a la prostituta
volver de su trabajo.
Se ha ganado su pan
con el cuerpo sudado.
Escucha el tintineo
de monedas robadas.
Robar no es un pecado
si no se tiene nada.
No duermas, hermano.
El obrero parado
duerme intranquilo,
quizás durmiendo olvida
que no ha comido.
El empresario
da muchas vueltas.
Duerme, empresario, duerme
con tu conciencia.
los carros, la basura
se están llevando.
Si se llevaran toda
no habría carros.
Dicen: "la noche sirve
para el descanso".
No se puede, mi amigo,
descansar tanto.
¡Qué larga que es la noche!
¡Qué no vivir tan largo!
¡Cuánta ilusión perdida
viviendo este letargo!
Mas la luz va volviendo,
sabemos dónde vamos
y a nadie se le ocurra
llevarnos de la mano.
No duermas, hermano.
¡No duermas, hermano!
¡Que la noche se muere
y el día está llegando!
Writer/s: Adolfo Celdrán