Sensaciones desde...
El sueño cabalgaba
como saeta enloquecida.
Era turbio y no tenía final,
tan sólo estela.
Imposible girar contra su sino.
Hay que dejarse hacer,
pero las riendas...
¿Pero acaso las riendas
prometen un camino?
No hay que olvidar la lluvia
cuando susurra un canto.
Ni su cálido acento
de bambú disconforme.
Hay que sentirse parte
de sueño que florece.
Parte del fruto grano
por el tiempo y nosotros.
Y hay que empuñar el día
como se empuña el canto.
El sueño cabalgaba
como saeta enloquecida.
Era turbio, y no tenía final,
tan sólo estela.
Imposible girar contra su sino.
Hay que empezar a ser,
pero las riendas...
Nuestras serán las riendas,
la historia y el camino
Writer/s: Adolfo Celdrán