
Por Karelia
La nueva sangre del día
se levanta bien temprano
para dotar de alegría
a su corazón lejano.
El día le trae su huella
y su sonrisa prolija
y de una dormida estrella
llega el nombre de su hija.
Ebrio va, como flotando
cual sátiro en una viña.
Canta, salta y va soñando
con los ojos de su niña.
La nueva sangre del día
buenas le trae, no le quita,
trae su ingenua algarabía,
su pequeña personita.
Writer/s: Vicente Feliú