
Los caminos del Señor
La otra tarde en una iglesia,
que era fiesta de guardar,
me dio un ataque de amnesia,
no podía recordar,
a quién coño fui a rezar,
yo, que siento por Jesús
¡repelús!
Imaginad mi problema,
cualquier otro sin mi fe
con seguridad blasfema
o se va a tomar café,
pero yo no flaqueé
no podía estar allí
¡porque sí!
“He perdido la memoria,
le expliqué a un santo varón,
eche una jaculatoria
o una salve a la intención,
tengo un lío del copón,
no comprendo, hay de mí
¡qué hago aquí!”.
“Calma, me dijo el beato,
por mi honor de sacristán,
rezaré a San Cucufato
tus recuerdos volverán,
o sus huevos sufrirán”.
Y le ató al pobre un cordel
¡que cruel!
Recuperé por entero
gracias a su intercesión
la memoria y un mechero
que no entraba en la oración,
¡eso sí que es devoción!
Le quedaba además
¡mucho gas!
Le di lumbre a un monaguillo
y una hostia al sacristán
y les vacié el cepillo
a San Cosme y San Damián,
recordando que mi plan
era entrar a aquel lugar
¡a robar!
Tú, que nunca vas al templo,
tú que estás en el error,
toma de mi historia ejemplo,
rectifica pecador
y recorre sin temor
los caminos del Señor
Sí, Señor.
Writer/s: Javier Krahe