Santaflow

Padre nuestro


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Vino al mundo con mal pie, fruto de una violación,
su mamá de 16 años le dió en adopción,
No pudo hacerse cargo, sentía tanto dolor
¿quién puede culparla? a veces el destino es un cabrón ...
Y vivir sin el calor de una familia fue el castigo
que un alma inocente, sin pecado alguno, recibió.
Dicen que ahí arriba hay alguien que tiene un motivo,
si a eso lo llamáis justicia divina, me cago en Dios ...
Y creció con otros chicos en sus mismas circunstancias,
los hijos del abandono abandonaron la lactancia
con cierta felicidad, a falta de conocer
algo más que el orfanato, que ¡bendita ignorancia...!
Con la edad llegó una duda razonable:
“¿por qué no tengo familia? ¡explíquemelo padre!”
el cura, con cara comprensiva contestaba:
"hijo mío aquí estoy yo, no te va a faltar de nada".

Padre nuestro que estás en los cielos,
te prometo que yo soy bueno,
si todos somos iguales, hijos de dios...
¿por qué ni mamá ni papá yo tengo?
Padre nuestro que estás en los cielos,
te prometo que yo soy bueno,
juro que lo intento ser...

Así pues, católica fue su educación,
son inescrutables las lecciones del Señor,
matemáticas, literatura, religión, ...
la misma persona fue su profesor y su mentor,
su confesor tenía acceso a sus secretos, a sus dudas,
mucho poder sobre una mente aún inmadura,
tanta inocencia es delicada en un ser tan desprotegido
si las intenciones de otro no son puras...
Cada día más muestras de cariño, más caricias
estando a solas a la hora de rezar.
"Será nuestro secreto" le decía sin malicia
o al menos, eso es lo que el crío supo interpretar.
"Sin el botón del pantalón vamos a jugar,
óyeme niño, nadie se puede enterar",
trabajos manuales clandestinos en la oscuridad,
años de suciedad y orgasmo clerical.
Padre nuestro que estás en los cielos,
te prometo que yo soy bueno,
si no tenemos nada malo que ocultar
¿por qué tengo que tener secretos?

Los depravados siempre quieren más
sin importarles el mal que causarán,
y sus encuentros con su víctima ya
le sabían a poco al párroco y quería más.
Una tarde como cualquier otra,
el chiquillo estaba jugando a la pelota
con sus amigos en el patio, ajeno a todo,
no sabía lo que le esperaba de un momento a otro.
El sacerdote en su capilla desquiciado,
por la diosa lujuria poseído,
ya habrá tiempo para confesiones y limpiar pecados,
a buscar al joven fue con paso decidido.
Se lo llevó a un cuarto apartado,
no había tiempo de remilgos, estaba desesperado,
algo en los ojos del clérigo era distinto,
algo va mal, al niño le dijo su instinto.
Y tuvo miedo por primera vez,
sobre una mesa, por la fuerza, boca abajo, cara a la pared
sintió el aliento fétido y al hombre en el que confió
entrando en él, rompiéndole por siempre la niñez.

Padre nuestro que estás en los cielos,
te prometo que yo soy bueno,
si todo lo que me hace el cura es por amor
¿por qué sólo siento dolor y miedo?

No sé cuántas veces se repitió esta situación,
con tan solo 7 años el niño no denunció,
no entendía qué ocurría, no tenía información,
¡cuántos años más vivió con miedo y violación!
Lo peor es que el pederasta era reincidente
y su diócesis lo trataba de ocultar.
Lo cambiaban de ciudad tapando los incidentes,
pues la imagen de la Santa Iglesia es lo importante ...
Pero todo sale a la luz, alguien halló el valor
cuando fue mayor de edad, cuando se pudo enfrentar
a sus miedos, a sus traumas, a su propia realidad,
destapó el escándalo y gritaron muchos más.

Padre nuestro que estás en los cielos,
te prometo que yo soy bueno...
Y si la iglesia es quién defiende la verdad
¿por qué nunca me quiso ayudar?

Muchos abusos han prescrito
y la ley de pacotilla no es dura con tus delitos.
¿Ahora te retira la licencia el vaticano?, ¡pobrecito!
¿no te meten en la cárcel porque estás muy viejecito?
Yo te metería conmigo en un ring
y te daría una paliza cada día.
Me da igual que seas un mierda y no te puedas defender,
quiero que este sea tu juicio final y yo tu juez.
Rezaré por perder por completo la compasión y
torturarte como a un librepensador la inquisición.
Tengo porras con pinchos y una clara intención,
ratas vivas, agua hirviendo y mucha, mucha imaginación.

Padre nuestro... ¿Dónde estabas... Cuando más te necesitaba...?Ohhhh
Padre nuestro... Yo te reto... Ya no creo en ti ni en tus siervos...
Padre nuestro... rompí con mi educación y pensando por mi mismo hoy llegué a una
conclusión...tú no existes.... y si existes eres un pinche cabrón, ¡puto!

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