
Te Acompaño A La Puerta
No tiene sentido follar entre zarzas
cuando está podrido el puño del sol.
No quedan caramelos, simiente ni escarcha,
no tiene sentido contar hasta diez.
Si quieres, te acompaño a la puerta, corazón.
Si quieres, soñamos que somos tú y yo.
La mentira se torna en verdad.
¡Cómo me jode, parece mentira!
Unas lagrimitas delatan mi edad
y sangro de más en todas las caídas.
Siento la caída en mi boca, en mi cama,
en la ausencia de rima en mi voz;
degenera mi sonrisa en mueca desenfrenada
cuando asolo la triste canción;
pierdo, impaciente, la alegría y la calma,
pierdo los dientes a esta sazón;
relucen pedregales en el fondo de mis entrañas,
filtra mis penas de papel mi riñón.
Grito a pleno pulmón
en un renglón de cieno que ha roto mi voz.
Salgo de un remolino de amor
donde muere el tiempo y se pierde el valor.