María Del Mar
María del Mar tenía
un amante marinero,
un amante marinero
y una copla entre los labios
y un sueño entre los luceros,
y un sueño entre los luceros.
María del Mar, la luna
borda ya el acantilado;
María del Mar, tu novio
busca plata de pescado;
María del Mar, la luna
te lo trae amortajado.
Su garganta guardaba
cien ruiseñores.
¡Qué cante María del Mar!,
decían los pescadores
y no podía cantar.
Ayer le han visto en la playa
como una sombra de muerte,
como una sombra de muerte.
La luna estaba jugando
la cara y cruz de su suerte,
la cara y cruz de su suerte.
María de Mar parece
bajo las estrellas altas
una vela desvelada
que en el mar desaparece.
Y dicen los pescadores
temblando cuando amanece:
"Su garganta de alondra,
quién la abriría;
que cante María del Mar".
María del Mar moría
y no podía cantar.
