En Busca Del Mago
Cuando el mago enfermó era día de función.
Su pájaro inmortal se preguntó qué sería de sí mismo.
Tú muéstrame a alguien que lleve bien ser libre y di, si en toda decisión no se gesta un crimen ruin.
Los días que pasó junto a aquel mago tendrían gris final.
Su reloj de latidos para aquí.
El día que murió no encontró más sentido a su jaula.
Llegó a la conclusión irracional, si no hay mago no hay magia.
Tú muéstrame a alguien que lleve bien ser libre, y en cada decisión no cometa un crimen.
El ave se acordó: "¡Nadie es de nadie!" también se convenció: "
Debe haber otro mago allí".
Y el mago treinta y dos, en el nuevo cine, de su alma hizo salir un ave de alas grises.
El público aplaudió, temblaba el teatro y el pájaro inmortal...
Olvidó al otro mago.