El vals del mono loco
Se pierde en el tiempo como empezó
a girar obediente alrededor de su sol,
y los miles de siglos que le hicieron azul
mirando su estrella, bebiendo su luz.
Fuego y hielo para fraguar
una madre de tierra labrada en el mar
que la vida le quiso pintar
con su hermosa paleta de fertilidad.
Y desde entonces
gira, gira, el mundo gira,
gira sin parar.
gira tanto que se olvida
de que tenga final.
Gira, gira el mundo gira,
gira y girará.
Era sencillo bailar ese vals
con la naturaleza llevando el compás
hasta que el hombre no quiso escuchar
el ritmo que marca la vida al pasar.
Y ese mono loco danzó sin medida,
arrasando la música y dando traspiés,
sin pensar que con cada herida
cortaba la mano que le da de comer
Y desde entonces
gira gira, el mundo gira
gira sin parar.
Gira tanto que su herida
no sabe cerrar.
Gira, gira, el mundo gira
hasta que no pueda más.
Si sólo somos un leve latido
en el pulso incontable de nuestro universo
resulta terrible que a pesar de eso
tengamos contra las cuerdas su precioso equilibrio.
Y que escribamos la historia de un planeta
que agoniza lentamente en torno a su sol,
de los miles de siglos que le hicieron azul
y de un mono engreído que se bebió su luz.
Writer/s: María José Hernández
