Viajar por tu cuerpo
Despierto en tu boca
con una sonrisa que me provoca.
Bajo por tu barbilla buscando la sombra,
descanso en tu cuello y el cuerpo me nombra,
comparto algún beso con tu perfil,
me pierdo en tu pelo y decido seguir.
Cruzo el sendero
que me lleve a tu pecho y ahí me enredo.
Se declara pronto el quehacer de los dedos
y desata al diablo que habita en el cuerpo,
me abandono a la suerte
que me marque el deseo.
Viajar por tu cuerpo es
confundir el sueño, el vicio y el placer,
bajar por tu vientre
como una serpiente
en busca del bien y del mal.
Viajar, recorriéndote
como un animal que se mueve sin pies,
retenerte preso
y andar beso a beso tu piel.
Sube la marea
y amenaza tormenta por mis caderas.
Todo el mar se agita, revuelve y estalla,
y cuando ya creo alcanzar una playa
me sorprendo nadando
con tu recuerdo a la espalda.
Recobro el aliento,
reconozco tu olor y por el me oriento.
Y veo tu sombra por dentro y por fuera,
algo como magia que se me apodera
y regreso a tu boca
porque sé que me espera.
Writer/s: María José Hernández