
Tarareando
La lá la lá la la lá
la lá la lá la la lay.
Ja já ja já ja ja já
ja já ja já ja ja jay.
Ante los viejos cantores
–como Cristo entre los sabios–
cosas dijeron mis labios
que ignoraban los señores.
Mi verso, por sus sabores,
es más rico que maná.
Verso que solo se da
al compás de un instrumento
en su octosilábico acento:
La lá la lá la la lá…
El verso es mi compañero
en la buena y en la mala,
de mi cerebro resbala
cual piropo lisonjero.
Hoy día me da dinero,
amigos, fama y cuanto hay;
pero hace un año, en Chancay,
sin más guía que mi verso
cantaba sobre el mastuerzo:
la lá la lá la la lay…
Mañana, sin un amigo,
olvidado por antojo
seré pobre, seré flojo
pero el verso irá conmigo.
Me convertiré en mendigo
y el verso me ayudará.
Ninguno recordará
esta alegríua que hoy causo.
Me darán en vez de aplauso
Ja já ja já ja ja já...
Yo recordaré que un año
se dijo de boca en boca:
«¡Sátiras de negra loca,
Callejón de un solo caño…!»
Si me olviodan no me extraño,
es la vida, ¡qué caray…!
Aunque hablara en guirigay,
por una décima mía
toda la gente reía:
Ja já ja já ja ja jay
Writer/s: Nicomedes Santa Cruz