
La Palma
Navegaba el mar la isla,
la proa un volcán surcando,
la aleta del sol, la lava,
me arruga la piel, me asomo a un balcón
y miro pasar al mundo
como un carnaval grotesco y burlón.
Tagasaste, gaviotas, lirios, corazones que devora un horizonte tropical.
La negrura lapidaria, drago prisionero, del barranco eternidad.
Amaríame, amaréame, amaría.
Amatinará, atardecerá cada día.
El gusto de amor, su sabor a sal que yo probaría,
que vino, que ron, que papa arrugá me confortaría.
Más San Borondón, más San Borondón no es el Teneguía.
Amaríame, amaréame, amaría.
Arden mis ojos marinos -la primavera la sangre altera-,
cansados de tanto andar -en el verano dame la mano-,
por recalar en la isla – en el otoño viene el retoño-
mi corazón no es igual.
Writer/s: Raúl Marco Ruiz Gutiérrez